sábado, enero 12, 2008

El cuento del atardecer

En un lugar donde las horas,
caminan lejos de si mismas,
en los sueños de su propia siesta,
instantanea y eterna,
Mar, es una mujer,
árabe y mediterranea,
que mueve sus caderas,
creando las orillas,
pegatitas a los brazos de Sol.

Este, lejos de concentrarse,
aún estira más sus caricias,
como un bostezo sin fin.

Sol es el hombre tranquilo,
con aroma a calor y lija de arena,
que se vuelve amarillo sonrisa y placer,
resistiendose a la llegada del tiempo.
Es entonces cuando parece,
que nunca llegará la hora tibia, introvertida,
cuando esconderá sus pasiones,
Bajo otro montoncito de arena.

el farero

2 comentarios:

Anónimo dijo...

wow. Quien inspirara semejante texto... wow.

Anónimo dijo...

SERA EL GIRAR DE LAS HORAS?