jueves, febrero 07, 2008

LUNES

La mañana lavada,
Es el mejor tributo a la luz,
Renacida de lo oscuro y las tormentas,
Una pareja camina enamorada,
Como servida en bandeja de plata,
Sobre el suelo metalico.
Tan pronto,
Cuando todavía siquiera,
Se ha inventado el amor.
Más adelante,
El café es la tierra de nadie,
Que divide los mundos,
Encerrados en una máquina del tiempo,
Tras la pausa,
La calle se traza sobre otro plano,
Ya es la hora de entrar.

2 comentarios:

Otoño en tus manos dijo...

Me fue inevitable pero mi mente me recordó trozos del poema que leí hoy, de Ángel González...



Ayer


...ayer y siempre ayer y así hasta ahora,continuamente andando por las calles gente desconocida, o bien dentro de casa merendando pan y café con leche, ¡qué alegría!

La noche vino pronto y se encendieron amarillos y cálidos faroles, y nadie pudo impedir que al final amaneciese el día de hoy,
tan parecido pero ¡tan diferente en luces y en aroma!

Por eso mismo,
porque es como os digo,
dejadme que os hable
de ayer, una vez más
de ayer: el día
incomparable que ya nadie nunca
volverá a ver jamás sobre la tierra.

el farero dijo...

hostia! ¡me ha gustado mucho!