jueves, agosto 21, 2008

Vagando a Talouine

Ayer colgue el telefono y tenia los lagrimales resecos por el sol. Protegido por el turbante pero danyado por otras partes. Sin dudarlo, como por instinto tome un taxi a un pueblo del atlas y me sentia un desaparecido, un ser derretido por el sol y la monotonia de las piedras del camino. Por la ventanilla, el viento arido del sahara abofeteaba con sus manos ardientes e invisibles mi cara reseca y cuarteada como la tierra en estas llanuras desoladas y sin consuelo. Como yo.

Alâh aparecia de tanto en tanto en el aire con forma de sonido proveniente de las mezquitas:
abandoné mi cuerpo errante en este coche de camino a Talouine, rozandose en cada curva con otros desaparecidos, insignificantes granos del desierto vagando por esta serpiente de asfalto
calcinante como el infierno. Entorno mis parpados al sol impasible e inevitable, verdadero astro rey que me obliga a contraer mi rostro como un penitente. Igual que mi corazon.

NOTA: no se donde estan los acentos en este teclado.

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